No hay nada más importante para disfrutar de una pradera sana y vistosa que tenerla bien hidratada. Por lo que regar el césped se convierte en una de las tareas más importantes a realizar. Sigue estos consejos que practican los profesionales y notarás los resultados.
¿Cuántas veces hay que regar el césped?
Como podrás imaginarte no existe una respuesta concreta y única, porque son muchos los factores que influyen en ello; variedad sembrada, tipo de suelo, época de año, climatología local…Decidir cada cuanto se riega el césped dependerá de cada jardín.
Sin embargo, como regla general podríamos decir que la frecuencia de riego del césped en verano debe hacerse 2 – 3 días por semana para un clima como en la mayor parte de España. Sin embargo, en veranos secos y muy calurosos, como viene siendo habitual, lo adecuado es que lo riegues a diario.
Fuera de la estación estival puede reducirse a una frecuencia de 1-2 veces semanales y durante el invierno puede suprimirse por completo, las precipitaciones naturales y el rocío de la mañana en noches frías son suficientes.
En el caso del riego de césped recién sembrado, la frecuencia debe ser diaria e incluso varias veces al día. Procura que la tierra esté siempre mojada para que las semillas geminen y crezcan y hazlo en primavera u otoño.
La clave de un riego efectivo es siempre asegurarse de que el agua alcance las raíces del césped para mantenerlo bien hidratado. Por lo tanto, es preferible un riego profundo y menos frecuente que riegos superficiales y más frecuentes, ya que el riego intenso fomenta el desarrollo de raíces más profundas y resistentes.
Es importante adaptar la frecuencia de riego a las necesidades del césped y que sepas identificar los signos de deshidratación de tu césped y le pongas remedio.
¿Cuántos litros de agua necesita el césped?
De nuevo la respuesta depende de muchos factores, pero hay una regla básica que debes seguir, que el agua cale lo suficiente como para que las raíces no la busquen en la superficie, lo que las volvería más superficiales y, por tanto, más sensibles a la sequía.
El riego debe ser intenso, que el agua cale unos 10 cm para hacer que las raíces sean más profundas y se vuelvan resistentes. Hay que tener mucho cuidado con regar con mucha frecuencia, pero con poca cantidad.
Lo correcto es que, el riego del césped sea de al menos 15 litros por metro cuadrado, lo que equivale a 15 mm. Esto permite que la humedad alcance la profundidad adecuada.
Y si no lo quieres medir de esta manera, el tiempo de riego del césped en verano debería estar entre 20 y 30 minutos (para la mayoría de sistemas de aspersores)
Comprobación de la humedad del césped
Si, además de comprobando el aspecto del césped, quieres asegurarte de si estás proporcionando a tu césped la cantidad de agua adecuada, puedes hacer la siguiente comprobación en la tierra.
Extrae una muestra de tierra en diferentes zonas de unos 10 cm de profundidad. La tierra más profunda debe estar húmeda y la parte superficial (1-2 cm) debería estar seca. Si ocurriera al revés significa que no riegas lo suficiente como para que el agua penetre y las raíces buscarán el agua en la superficie.
En los casos en que estés regando lo suficiente (20l) y no consigas lo anterior, eso es debido a que el agua no cala en la tierra. Seguramente esté demasiado compacta y necesitas escarificar para romper esa barrera (pero no olvides que el escarificado es de los cuidados de primavera u otoño)
Ten en cuenta el tipo de terreno y la ubicación
En terrenos que sean arenosos tendrás que regar más el césped que en aquellos que sean arcillosos o compactos, estos últimos retienen mejor la humedad.
Cuando riegues la hierba de una zona con pendiente, echa más agua de la habitual porque esta tenderá a escurrir pendiente abajo. En el caso de hondonadas justo lo contrario porque recibirán no solo el agua que caiga directamente, sino la de las zonas más altas.
¿Cómo es mejor regar el césped?
Como ya habrás leído en los epígrafes anteriores, la clave para tener un césped bien hidratado es que reciba la cantidad adecuada de agua, ni poca ni demasiada.
La presencia de zonas encharcadas puede hacer proliferar las enfermedades y en áreas secas, el césped pierde su color y buen aspecto y puede llegar a morir.
Es por ello muy importante que distribuyas correctamente el agua y, para ello, nada mejor que utilizar aspersores de riego para césped, que hacen que el agua se distribuya de una manera uniforme por toda la superficie. El riego con manguera está desaconsejado.
Existen muchos tipos de aspersores adaptados a cada jardín. Los tienes fijos, que son más trabajosos de instalar porque necesitas enterrar las tuberías y los propios aspersores, pero que ya quedan colocados de por vida.
Otros sistemas son móviles, simplemente los acoplas a una manguera y los colocas sobre la zona a regar. ¿qué sistema es mejor? Te sacamos de dudas a continuación.
Riego automático o manual del césped
Veamos los inconvenientes y ventajas
- Precio: el sistema móvil que colocas a mano es más barato porque un mismo aspersor vale para todo el jardín.
- Adaptabilidad: en jardines complicados puede ser tedioso definir dónde colocar los aspersores fijos. Los móviles los puedes colocar a tu antojo de una manera más flexible probando diversas opciones.
- Automatización: los aspersores fijos son programables por completo con los relojes de riego. Los móviles también podrían serlo, pero te obligan a dejar una manguera sobre el propio césped lo que lo secaría. También perderías la posibilidad de usar un único aspersor en todo el jardín.
A menos que tu jardín sea pequeño y estés con frecuencia para regarlo, nuestra recomendación es que instales un sistema de aspersores o difusores fijos con un reloj programador. Procura que las zonas se solapen para que no queden áreas sin regar y que los árboles no impidan que el agua llegue a toda la superficie.
¿A qué hora es mejor regar el césped?
En este caso la respuesta es clara, la hora a la que es conveniente regar el césped es temprano por la mañana, justo antes de que caliente el sol con toda su fuerza. Si esto no te fuera posible hazlo a última hora de la tarde, cuando el sol ya ha caído.
En caso de que tampoco pudieras realizar ninguna de las alternativas anteriores, en los meses de verano en los que las temperaturas nocturnas no bajan de 12-15ºC, si el ambiente es seco, podrías hacerlo también de noche. Lo que queda por completo prohibido es que riegues la hierba en las horas en las que más irradiación solar hay.
Regar el césped de esta manera presenta varias ventajas:
- Menor evaporación: aprovecha las temperaturas más frescas y la mayor la humedad relativa, lo que reduce la evaporación del agua. Esto significa que más agua llegará al suelo y a las raíces del césped, aprovechando al máximo el riego. ¡Que no estamos para desperdiciar agua!
- Menor riesgo de enfermedades fúngicas: El césped mojado durante la noche, debido al riego tardío, es más propenso al desarrollo de enfermedades fúngicas. Al regar temprano en la mañana, el césped tiene tiempo de secarse durante el día, reduciendo las condiciones favorables para el crecimiento de hongos y plagas. Pero como comentábamos, si las temperaturas nocturnas son altas, este problema desaparece.
- Menor interferencia con actividades al aire libre: en verano es cuando más disfrutamos de nuestro jardín, así que regarlo en horario en el que no estamos sobre él, hace que el disfrute y el cuidado no interfieran.
- Fortalece el césped: regar por la noche o por la mañana temprano ayuda a fortalecer las raíces del césped y promueve un crecimiento saludable. Las raíces se mantienen hidratadas durante el día, lo que mejora la resistencia del césped a condiciones de sequía y estrés térmico.
En resumen, por todas estas razones riega el césped de tal manera que aproveches al máximo el agua y que no esté constantemente húmedo. Realizarás un riego efectivo y favorecerás la salud y apariencia de tu césped.
Signos de deshidratación del césped
En los climas en los que no es suficiente con la humedad y lluvias, es importante que estés atento a las necesidades hídricas del césped y lo riegues. Estos son algunos de los síntomas de que tu hierba está escasa de agua.
- El color cambia. Normalmente casi todas las variedades de césped son de un verde intenso. Cuando el color cambia hacia un verde más claro es síntoma de falta de riego. Incrementa la aportación de agua antes de que se vuelva amarillo y muera.
- Patrones irregulares de color. Según las características del terreno y vegetación circundante, no todo el césped necesita la misma cantidad de agua. Si ves cambios de color es que algunas zonas no reciben la cantidad necesaria.
- Las marcas sobre la superficie permanecen más tiempo sobre la hierba. Un césped bien hidratado recupera mejor su posición vertical tras las pisadas o levantar objetos que han estado sobre él. La elasticidad es sinónimo de buena hidratación.
- Las hojas se enrollan y marchitan. Es una estrategia de supervivencia de las hojas, al enrollarse dejan menos superficie expuesta al sol y pierden menos humedad por evaporación.
Ahora que ya conoces todos los secretos sobre el riego del césped, aprende sobre otra tarea clave para disfrutar de una pradera sana y hermosa.
Ingeniero mecánico de profesión y jardinero por afición, no hay máquina de jardín que se le resista. Todos los trucos aprendidos durante años a tu disposición en esta web.